Lo echarás de menos

escribe Luis Casado

Año 1965. Mon Général era candidato a su propia sucesión en la presidencia de Francia, en la primera votación universal de la Vª República. El conocido artista Gilbert Bécaud escribió e interpretó una canción sin ánimo de intervenir en la campaña: “Tu le regretteras”, título que no puedo traducir sino como “Lo echarás de menos”, o bien “Te va a hacer falta”.

Bécaud, haciendo de profeta, anunció lo que vino años más tarde:

Este hombre legendario

En medio de la vida, sí

El día que lo enterremos, tú verás

Te apuesto cien francos

Que de menos lo echarás

Lo echarás de menos

De menos lo echarás, durante una eternidad…

Recordé lo que te cuento al escuchar, leer y constatar lo que sigue siendo la panacea de los presidentes chilenos, de los candidatos presidenciales, de los economistas y de otros boludos vernáculos: hay que ahorrar, hay que gastar poco, hay que reducir, recortar, minimizar… y privatizarlo todo.

En una entrevista con la prensa, Charles de Gaulle explicó cómo había hecho para sacar a Francia del desastre de la guerra y transformarla en una potencia planetaria, atento el personal:

“Durante ese periodo, de nueve años, se dobló (el presupuesto) para la Vivienda, y lo evalúo en francos constantes (corregido de la inflación), se dobló el presupuesto para la Vivienda y para la Cultura, se triplicó para la Educación Nacional, se quintuplicó para las Infraestructuras, o sea para las rutas, los puertos, los canales y los aeropuertos, se multiplicó por diez para la Salud Pública y para los Deportes, y para la Investigación Científica el presupuesto fue multiplicado por dieciséis!”

Dicho de otro modo, para desarrollarse y alcanzar el bienestar general… ¡hay que gastar e invertir!

Todo eso fue realizado cumpliendo el Programa del Consejo Nacional de la Resistencia (CNR) que reunía a quienes combatieron la ocupación nazi. El programa de acción de la Resistencia, aprobado por unanimidad el 15 de marzo de 1944, fue redactado por Pierre Villon, un dirigente del partido comunista francés:

Los representantes de los movimientos, grupos, partidos o tendencias políticas agrupadas en el seno del CNR proclaman estar decididos a permanecer unidos después de la Liberación para establecer el gobierno provisorio de la República formado por el General de Gaulle […] a fin de promover las reformas indispensables :

a) en el plano económico:

 ‒ instauración de una verdadera democracia económica y social, que  implica el desalojo de las  grandes feodalidades económicas y financieras de la dirección de la economía ; […]

 ‒ el retorno a la nación de los grandes medios de producción monopolizados, los frutos del trabajo común, de las fuentes de energía, de las riquezas del sub-suelo, de las compañías de seguros y de los grandes bancos ; […]

b) en el plano social:

 ‒ el derecho al trabajo y el derecho al reposo […] ;

 ‒ un reajuste importante de los salarios […] ;

 ‒ un plan completo de seguridad social, que busque asegurarle a todos los ciudadanos los medios de existencia, en todos los casos en que son capaces de procurárselos por el trabajo […] ;

 ‒ una jubilación que le permita a los viejos trabajadores terminar dignamente sus días ; […]

  ‒ la extensión de los derechos políticos, sociales económicos a las poblaciones indígenas y coloniales ; […]

Así será fundada una nueva República que barrerá el régimen reaccionario instaurado por Vichy (los colaboradores de los nazis) y le devolverá a las instituciones democráticas y populares la eficacia que les hizo perder la empresa de corrupción y de traición que precedió la capitulación.

Charles de Gaulle era más bien un conservador, un hombre de derechas. Extremadamente valiente y muy inteligente. Tenía una cultura amplia y profunda, una rectitud a toda prueba, y una visión en la que Francia -su patria- debía ser una gran potencia, soberana e independiente.

De modo que investido de la enorme responsabilidad de reconstruir una Francia destruida por la guerra, el saqueo y el pillaje practicado por los nazis, los bombardeos yanquis cuyo primer objetivo consistía dividir el país para convertirlo en una colonia (véase Eric Branca. “L’ami américain”. Ed. Perrin. París, 28-04-2022. 528 páginas), Charles de Gaulle nacionalizó los grandes bancos, la industria automotriz (Renault), la energía hidráulica y nuclear (EDF), los aeropuertos, los ferrocarriles, la industria metal-mecánica, la Seguridad Social, la Previsión, la Educación de la enseñanza primaria a la universidad, la Salud, las compañías de Seguros, la construcción aeronaval, etc. etc.

De paso aseguró el crecimiento del sindicalismo, de las organizaciones sociales, de la libertad de prensa y la del pluralismo político. Y garantizó la soberanía y la independencia nacionales: Francia es el único país de Europa que no tiene bases militares yanquis en su territorio.

Hasta el día de hoy los franceses recuerdan con alegría y orgullo los 30 años que transcurrieron desde 1945 hasta 1975, esos que pusieron a Francia en el cenit del mundo desarrollado y trajeron el Estado del Bienestar, llamándolos “Los Treinta Gloriosos”.

Más tarde… cuando el gran, el gigantesco Charles de Gaulle había desaparecido, aparecieron los boludos modernos, venales, emprendedores, compraventeros de todo y de todos incluyéndose ellos mismos, e impusieron la “globalización y el neoliberalismo”. Francia se diluye.

Como te decía, Gilbert Bécaud cantaba:

Este hombre legendario

En medio de la vida, sí

El día que lo enterremos, tú verás

Te apuesto cien francos

Que de menos lo echarás

Lo echarás de menos

De menos lo echarás, durante una eternidad…

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